Tengo la oportunidad de escuchar a personas hablando de lo mucho que les gustaría estar sin aprietos económicos, vivir tranquilos, disfrutar el tiempo con sus seres queridos y dedicarse a hacer las cosas que les gustan.
Sin embargo, cada vez que les pregunto ¿cuál es la situación de sus finanzas? suelo escuchar respuestas como: “tengo demasiadas obligaciones y lo que me gano no es suficiente”, “estoy bastante endeudado”, “gasto todo lo que gano”, “a veces me sobra algo y a veces no, todo depende”. Eso quiere decir que ¡no tienen idea de su situación financiera real! y que desconocen el detalle de sus ingresos, gastos, activos, pasivos y patrimonio.
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¿Cómo puedo dar solución a un problema, o mejorar una situación, si desconozco en qué punto está y cómo se generó? En las finanzas, existe una herramienta idónea que nos permite conocer la situación real de nuestros números: Los estados financieros y lo mejor es que no necesitas ser financiero para utilizarla, basta con tener la motivación para aprender y entender que eres el único responsable de tu bienestar financiero.
Los estados financieros te permiten tener una radiografía de tu situación financiera, es como la historia de tu vida contada en números, te ayudan a visualizar dónde has estado, dónde te encuentras ahora y también a proyectarte hacia el futuro. A diferencia de lo que muchas personas piensan, los estados financieros no son herramientas exclusivas para las empresas, ni tampoco información que solo compete elaborar a los contadores.
Empezaremos con 4 definiciones sencillas pero básicas que debes tener claras para armar tus estados financieros:
Ingreso: Dinero que entra a tu bolsillo
Gasto: Dinero que sale de tu bolsillo
Activo: Elemento que pone dinero en tu bolsillo
Pasivo: Elemento que saca dinero de tu bolsillo
Con tus ingresos y gastos construyes el estado de ganancias y pérdidas. Este reporte financiero te muestra de manera detallada el dinero que entra a tu bolsillo todos los meses en forma de ingresos ya sea por salarios, honorarios, bonificaciones, alquileres, intereses, etc. Así como, los valores que salen todos los meses de tu bolsillo en forma de gastos por arriendos, alimentación, pago de deudas, caprichos, entre otros, obteniendo así el flujo de dinero mensual neto a favor o en contra.
Para estructurar tu balance financiero necesitas el detalle de tus activos (ahorros, fondos, cuentas por cobrar, valor neto de negocios, valor neto de bienes inmuebles, etc.) y de tus pasivos (saldos de tarjetas de crédito, crédito hipotecario y demás préstamos). El balance te indicará cuánto dinero tienes, cuánto dinero debes y el patrimonio neto que tienes, entendiendo por éste último la cantidad de activos que posees después de pagar todos los pasivos.
y finalmente el flujo de caja. Corresponde al flujo de efectivo que obtienes en forma de ingresos y sacas en forma de gastos. El flujo de caja vincula tu balance financiero con el estado de ganancias y pérdidas, de la siguiente manera:
Cuando obtienes ingresos generados de tus activos, estos se transfieren de la columna de activos del balance financiero hasta la sección de ingresos del estado de ganancias y pérdidas.
De igual forma, cuando incurres en gastos generados por tus pasivos se transfieren desde la columna de pasivos del balance financiero hasta la sección de gastos del estado de ganancias y pérdidas.
Como dato curioso, debes saber que la forma en que fluye el efectivo determina el grado de libertad financiera de una persona.
Toda persona que quiera dar un giro a sus finanzas y lograr su libertad financiera, necesita empezar por elaborar un inventario honesto de su situación financiera (ingresos, gastos, activos y pasivos), tomar el buen hábito de construir de forma mensual sus estados financieros y aprender a analizar los resultados de este ejercicio, ello le permitirá tener información confiable para el proceso de toma de decisiones.
La primera vez que te desafías a estructurar tu estado financiero, te puede parecer muy difícil, pero es un proceso sencillo, basta con tener estos fundamentos básicos de contabilidad casera y conocer tus números. Así que anímate a empezar, así conocerás tu historia y entenderás por dónde empezar a reescribirla.
