Colombia en Davos

Una vez concluido el Foro económico mundial de Davos es momento de ver los principales temas que se trataron y a qué conclusiones se llegaron:

Lo peor de la crisis económica mundial que surgió en el 2008 ha pasado pero NO es suficiente, ahora habrá que estudiar cuáles son las reformas y las políticas que deberán adoptarse para asegurar la recuperación ya que todavía existen numerosos problemas que están sin resolver y que los riesgos que se tienen son innumerables.

La recuperación mundial recae fundamentalmente en Estados Unidos, Japón, China y algunos países de Europa, por ello deben centrarse en las tareas que tienen pendientes.

Necesidad de una mayor regulación de los mercados y de las instituciones financieras. Para algunos, los riesgos de una burbuja de liquidez no son nada despreciables.

La importancia de la competitividad y la innovación como herramientas fundamentales que tienen los países para competir con éxito en un mundo globalizado

Ernst & Young presentó su informe “Mirando más allá de lo obvio: la globalización y las nuevas oportunidades de crecimiento” en el que Colombia es el cuarto país más globalizado de América Latina ocupando el puesto 40 a nivel mundial. Hong Kong que ocupa el primer lugar con 7,81 puntos, seguida de Singapur (6,31), Irlanda (5,63), Bélgica (5,49) y Suiza (5,30). La globalización es, sin duda, un tema controvertido ¿os gustaría que Colombia estuviese en los primeros puestos? ¿Creéis que la calidad de vida de los ciudadanos de Hong Kong es mejor que la de los colombianos?

He encontrado un artículo de un señor llamado José María de la Viña que viene a cuento y quiero compartir con vosotros

El verdadero reto de la economía, si quiere algún día convertirse en ciencia, será hacer equivalentes los conceptos de bienestar y desarrollo económico, el respeto por la naturaleza y la utilización sensata de los recursos finitos y contaminantes, aplicando el método científico en vez de ideología camuflada, si eso fuese posible. En mostrar cómo se puede espolear un crecimiento económico sosegado y mesurado, con cada vez menor gasto energético por habitante y transacción, con las mínimas consecuencias dañinas para la salud de este planeta y sus habitantes. Mientras la productividad no se mida en términos de eficacia energética y respeto al medioambiente; mientras la eficiencia no se plantee con el absoluto rigor con que lo define cualquier ciencia de verdad; mientras la fabricación de productos y el desarrollo de servicios no se realicen con el menor gasto energético y la menor contaminación posible; mientras la obsolescencia programada no se considere delito; mientras no se destierre la cultura de usar y tirar convirtiendo a cambio la basura en sueldos, por poner algún ejemplo, la economía y esta civilización avanzarán, inexorablemente, con destino a la porra.

¿Y en la reunión de 2014? ¿Se habrá solucionado algo?