Aquí es donde la batalla contra la inflación se vuelve realmente dura.
De hecho, es tan difícil que la Reserva Federal no está muy segura qué hacer cuando se trata de tasas de interés. Varios funcionarios sugirieron mantener las tasas en la reunión del banco central a finales de esta semana, un resultado que ahora los mercados descuentan con firmeza.
Los inversores han estado esperando durante mucho tiempo una pausa de la Fed, y la anticipación ha ayudado al S&P 500 a abandonar el territorio del mercado bajista, aunque la exageración de la IA ha jugado un papel más importante. Pero una palabra de precaución: "pausar" quizás sea engañoso en este contexto, "omitir" podría ser una mejor opción. Si la Fed realmente mantiene las tasas sin cambios, será para permitirle al banco central más tiempo para evaluar los datos antes de decidir si se necesitan más aumentos.
Esa estrategia puede haber sido informada por las acciones de otros bancos centrales. El banco central de Australia detuvo las tasas en abril, rompiendo una racha de 10 aumentos consecutivos, para alivio del mercado de valores del país. Pero el Banco de la Reserva de Australia entregó un aumento sorpresa en mayo y otro en junio. El Banco de Canadá subió las tasas la semana pasada, poniendo fin a una pausa de cuatro meses.
La inflación obstinadamente alta fue la culpable de ambos.
Es posible que el índice de precios al consumidor (IPC) del martes no altere la decisión de junio de la Fed, fijada para el miércoles, pero sin duda será crucial para determinar qué tan alto cree el banco central que deben subir las tasas para controlar la inflación.
Las ganancias fáciles de los últimos meses, como las comparaciones favorables con los altísimos precios de la energía del año pasado, ya no existen.
La fruta de la inflación al alcance de la mano ya ha sido recogida. El resto del viaje hacia el objetivo del 2% de la Fed es mucho más difícil.
