El enfoque principal de esta semana para inversores y comerciantes es el anuncio de la Fed a las 2 p.m. EST del miércoles por la tarde después de la reunión de política de dos días que comienza hoy, y luego el informe de nóminas no agrícolas que se entregará el viernes a las 8:30 a.m. EST, el consensus es de 160k nuevos empleos agregados.
Las expectativas son de un aumento de la tasa de 25 pb, y los participantes del mercado buscarán más información sobre la reunión de junio y qué tan preocupados están los funcionarios de la Fed por el estado de los bancos regionales. El aumento, si lo conseguimos, será el décimo aumento consecutivo desde marzo del año pasado.
No se trata solo del FOMC y los datos, también tenemos la decisión sobre la tasa de interés del Banco Central Europeo el jueves y la decisión del Banco de Inglaterra el 11 de mayo, así que esté atento al dólar estadounidense; está en los mínimos del año y está bajando poco a poco hasta la mitad del rango del año pasado, por lo que una mayor debilidad podría impulsar los precios del oro y alimentar aún más los temores de inflación al impulsar al alza otras materias primas como el petróleo.
Los mercados parecen convencidos de que la Reserva Federal ofrecerá una subida más de un cuarto de punto el miércoles antes de una larga pausa. Pero los inversores que compran en esa escuela de pensamiento deberían prestar atención a una historia de advertencia de Down Under.
El banco central de Australia sorprendió a los inversionistas con un aumento de 25 puntos básicos el martes, y también advirtió que es posible que se necesitan más aumentos: la culpa es de la inflación pegajosa. El mercado pensó que el Banco de la Reserva de Australia había terminado de subir después de que detuviera las tasas en su reunión de abril.
El dólar australiano y los rendimientos de los bonos del gobierno aumentaron el martes, mientras que las acciones cayeron.
La moraleja de la historia es que predecir el camino futuro de las subidas de tipos es difícil, si no imposible. En los EE. UU., los comerciantes están valorando un 96% de posibilidades de que la Reserva Federal suba un cuarto de punto el miércoles, y la mayoría ve una pausa a partir de entonces.
Incluso si el aumento previsto para el miércoles será el último de este ciclo, es muy poco probable que el presidente de la Fed, Jerome Powell, lo diga. Además, la desconexión entre los mercados y el banco central de EE. UU. aún no llegará a un punto crítico.
Los datos recientes apuntan a un estancamiento del crecimiento económico, lo que respalda el caso de una pausa. Los planes de Morgan Stanley de eliminar otros 3.000 puestos de trabajo, según múltiples informes, están fomentando ese argumento.
Sin embargo, los datos no son todos tráfico unidireccional. La última encuesta manufacturera del ISM del lunes mostró que los precios pagados aumentaron en abril, lo que apunta a una inflación más rígida.
Si la desaceleración no se materializa del todo en los próximos meses, el trabajo de la Fed no habrá terminado y los mercados se llevarán una sorpresa.
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Giovanni Betancourt
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