Después de que varios de los grandes bancos superaran las expectativas de ganancias el viernes, hay un aire de calma y estabilidad en los mercados, que parecen creer que la agitación del mes pasado es cosa del pasado.
El índice de volatilidad (VIX), el llamado indicador de miedo, cerró la semana pasada en su nivel más bajo desde principios de enero de 2022. El índice MOVE, que rastrea la volatilidad del mercado del Tesoro, también cayó por debajo de donde estaba antes de que Silicon Valley Bank colapsara el pasado mes.
Pero el tamaño de la muestra de las ganancias de JPMorgan Chase, Wells Fargo, Citigroup e incluso PNC Financial Services, un "banco súper regional", no es suficiente para declarar con confianza el fin del estrés bancario.
Si existe alguna posibilidad de que regrese la presión, probablemente lo hará a medida que los inversores digieran las ganancias de los bancos regionales en la próxima semana. Después de todo, ahí es donde se sintió más el estrés.
Muchos de esos aterrizan esta semana, incluido el martes de Western Alliance Bancorp, el miércoles de U.S. Bancorp y el jueves de KeyCorp. Eso es después de que Charles Schwab, cuyas acciones se vendieron drásticamente el mes pasado, informa hoy.
Para cuando First Republic y PacWest Bancorp informen la próxima semana, los inversores realmente sabrán si se ha evitado o no una crisis bancaria.
La salud financiera de esos prestamistas regionales se examinará bajo el microscopio en los próximos días, con especial atención a las salidas de depósitos, aumentos en las provisiones para pérdidas crediticias y pérdidas en valores mantenidos hasta el vencimiento.
La última encuesta del "libro beige" de la Reserva Federal sobre las condiciones económicas del miércoles será otro indicador del impacto.
La confianza en el sector bancario, que ha estado creciendo en las últimas semanas, puede ser frágil. Está a punto de ser probado.
