El colapso de Silicon Valley Bank ocurrió este mes, pero se siente como hace años. Recién el domingo se firmó el acuerdo negociado por el regulador entre UBS y Credit Suisse. Desde entonces, los precios de las acciones han oscilado por todas partes. Hemos visto aumentos en las tasas de interés, temores de contagio y mensajes contradictorios sobre la ayuda que podrían recibir otros bancos.
Sin duda, es demasiado pronto para decir que los problemas han terminado. Las acciones del Deutsche Bank de Alemania se desplomaron la madrugada del viernes a medida que aumentaba el costo de asegurarse contra su incumplimiento.
La información más reciente disponible sobre la salud de los bancos estadounidenses provino de la ventanilla de descuento de la Reserva Federal. El endeudamiento todavía se encuentra en niveles vistos por última vez en la crisis financiera de 2008-09. Eso sugiere que los prestamistas se están cargando de liquidez, en caso de que surja otra corrida bancaria.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, pareció vacilar. Escuchamos garantías de que el sistema es resistente. Luego, que el gobierno no ha pensado en una extensión general del seguro de depósitos. Y luego, esas herramientas de emergencia se pueden usar nuevamente. Agradable, pero no el rendimiento más tranquilizador imaginable.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, también insistió en que el sistema bancario es resistente. Elevó las tasas de interés, siguiendo el libro de jugadas del Banco Central Europeo de decir que las herramientas para la estabilidad financiera y la estabilidad de precios son lo suficientemente independientes como para justificar la medida. El Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo hicieron ruidos similares, pero nadie cree que las tasas más altas y los problemas bancarios puedan desenredarse por completo.
Es tentador preguntar por qué los bancos centrales están subiendo las tasas en medio de tanto nerviosismo. Sí, la inflación es demasiado rápida, pero está bajando y el aumento de las tasas ahora no tendrá un impacto en las ganancias de los precios al consumidor durante varios meses.
La interpretación optimista es que los bancos realmente están bien. Pero queda la persistente duda de que las autoridades están subestimando lo mal que podrían ponerse las cosas.
Giovanni Betancourt
Premium Client Manager
[email protected]
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www.vantagemarkets.com
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La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, pareció vacilar. Escuchamos garantías de que el sistema es resistente. Luego, que el gobierno no ha pensado en una extensión general del seguro de depósitos. Y luego, esas herramientas de emergencia se pueden usar nuevamente. Agradable, pero no el rendimiento más tranquilizador imaginable.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, también insistió en que el sistema bancario es resistente. Elevó las tasas de interés, siguiendo el libro de jugadas del Banco Central Europeo de decir que las herramientas para la estabilidad financiera y la estabilidad de precios son lo suficientemente independientes como para justificar la medida. El Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo hicieron ruidos similares, pero nadie cree que las tasas más altas y los problemas bancarios puedan desenredarse por completo.
Es tentador preguntar por qué los bancos centrales están subiendo las tasas en medio de tanto nerviosismo. Sí, la inflación es demasiado rápida, pero está bajando y el aumento de las tasas ahora no tendrá un impacto en las ganancias de los precios al consumidor durante varios meses.
La interpretación optimista es que los bancos realmente están bien. Pero queda la persistente duda de que las autoridades están subestimando lo mal que podrían ponerse las cosas.
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