En tiempos no muy historicos, los apasionados por las finanzas, soliamos entender todo este complejo engranaje con solo formulas y valoraciones, y grandes algoritmos, que llenaban nuestros computadores en Modelos Financieros llenos de Betas y Alfas. En la vida real, seguimos con estas herramientas, ademas que son muy validas, y que por lo menos simulan nuestras futuras toma de decisiones, y no permiten en lo posible que tengamos grandes margenes de error. Sin embargo, cuando empiezas a encontrarte en tu vida profesional y de negocios con grandes jugadores, no puedes pasar por alto, el conocimiento tan profundo que estos agentes tienen sobre la conducta de sus competidores, sus empleados, sus familiares,y lo mas importante sobre ellos mismos. Y todo comienza en entender con quienes ellos tratan, ellos no te miran como una posibilidad de negocio, ¡no en absoluto!, te mira como un negocio concluido, porque tienen el poder de penetrar a lo mas recondidto de tus intenciones y tus sentmientos, comprenden la codicia que te mueve,y lo mas importante la que los mueve a ellos mismos. ¿Qué es lo que un inversor normal espera de sus inversiones? A simple vista, todos responderíamos que “¡buenos rendimientos sobre lo invertido! Pagan la boleta, y la impaciencia,” otros dirán, “bueno en esencia, si mi dinero vuelve completo y aseguro una ganancia extra, estoy entre los afortunados” , y por supuesto los más dogmáticos, y otros más aventajados dirían, “que mis inversiones estén libre de riesgo, y renten más de lo que cuestan”, y esta, es la premisa base para comenzar a estudiar las Neurofinanzas, como una aplicación concreta de las realidades de los inversionistas de hoy.
¿Se han preguntado qué es lo que nos mueve a conseguir más y más dinero? y mejor aún, porque algunas economías son más prosperas que otras, y en esos países parece que todo estuviera bien siempre, a pesar de todas las oleadas de renta alta y baja que se pueden dar en cada ciclo económico.
Este libro aborda con profundidad los motivos sobre los que realmente se mueve al inversionista en su afán de riqueza, creación de valor y sostenibilidad, desde el punto de vista de las emociones humanas, y permite desarrollar un modelo de aproximación a las conductas especulativas de los agentes del mercado, y en especial, la conducta especulativa en Colombia.
Capítulo 1
LO QUE NO SE VIO VENIR Y UNA BREVE INTRODUCCIÓN A LAS FINANZAS CONDUCTUALES
Comenzare por decir, que “después de las batallas y las guerras todos somos generales”, y esta es tal vez la explicación más exacta, o por lo menos la disculpa más común para explicar porque fallaron los mercados financieros, y porque nadie se dio cuenta.
Ya han pasado 7 años desde de la Crisis financiera de 2008, y cada vez más se conocen datos que desbordan la capacidad de comprensión racional, aun de los más aventajados, de porque se dio semejante situación. Todos los teóricos han esbozado modelos y escrito grandes volúmenes de libros sobre esta catástrofe.
Un dato importante para recordar, esta crisis se inició por la codicia de los Bróker y Bancos, quienes sin importar que tanto daño pudieran hacer, generaron una burbuja especulativa en la finca raíz americana, exportándola a toda Europa, y generando la mayor de las crisis financieras , mayor aún que la crisis del año 1929.
La pregunta entonces es ¿ porque se presentan estos fenómenos? ¿qué sucede con nosotros como individuos una vez que caemos en una situación de libertad excesiva? ¿Qué sucede cuando empresarios y dueños de los factores productivos, o bien sencillamente cuando los consumidores normales invierten sus posesiones con plena o mediana libertad de hacerlo? Será la codicia o la racionalidad humana, en un solo sentido, y en solo mercado, ¿cuál es el factor que en realidad gobierna una vez que es libre el usuario y se ubica dentro del mercado?.
Para comenzar , es importante hacer énfasis en que por “libertad financiera bancaria ” entendemos la situación en que las Instituciones financieras de cualquier tipo operan en un medio en donde el usuario puede tener acceso a inversiones de una apertura extraordinaria . Es una situación donde no existe control del gobierno para permitir un sano desenvolvimiento monetario. Bien decía Adam Smith “Todo hombre, en cuanto no viole las leyes de la justicia, queda en completa libertad para procurar su propio interés a su modo, y para competir, tanto con su capital como con su habilidad, con cualquier otro hombre o asociación de hombres”
Sin embargo, es cierto que ¿los hombres por sí mismos en realidad respetarán las leyes? ¡La verdad es que no!, siempre va a ser mayor el interés por el bienestar personal y Adam Smith fue el primero en mencionarlo.
Pero lo importante es que el hombre va a requerir de cierto control que se da por dos fuentes, la primera llamada “mano invisible” que controla el mercado, la segunda el “Gobierno” que para Smith sólo debe perder la tarea de regular al mercado para enfocarse mejor a tratar temas como la seguridad.
Adam Smith da consideración a las reglas, ya que él emprendió su pensamiento de forma principalmente filosófica y comprendió la naturaleza humana, el deseo de siempre tener más, sin embargo la mano invisible no sería suficiente. Pero lo que todos olvidan, es que aquí done fallaron los modelos financieros , el centro de gravedad de esta crisis es la propia conducta humana en los negocios, en la especulación, en el deseo por tener más al costo que sea, y de eso parece sabemos muy poco aun, en especial en áreas como la economía y las finanzas en que tenemos un arsenal de teoría, pero sólo para individuos racionales. No es extraño que esto sea de ese modo, pues son disciplinas que tienen su nacimiento en un período de la historia en que predomina la filosofía hecha para el hombre racional, por tanto en su base hay mucho de normativo: los individuos deben actuar de tal o cual manera. Para proponer una explicación a cómo toman decisiones los agentes económicos en condiciones de riesgo e incertidumbre, está tomando cada vez más fuerza en el mundo financiero una nueva disciplina híbrida llamada Finanzas Conductuales, que utilizando las vertientes de la economía y de la sicología, intenta explicar el comportamiento de los inversionistas, muchas veces contradictorio con lo con lo que supone la racionalidad de la conducta económica.
¿QUE SON ENTONCES LAS FINANZAS CONDUCTUALES?
Por más de 50 años, ha existido dentro de la teoría financiera convencional un paradigma interno, que llevado a sus extremos más absolutos, ha declarado con insistencia que los agentes económicos e inversionistas actúan en escenarios donde los mercados financieros están libres de restricciones y los “consumidores” de inversiones, basan sus procesos de toma de decisiones en la Racionalidad Económica más exacta posible. Con base en esta teoría, descansa buena parte de las enseñanzas impartidas en muchas universidades sobre la creencia de que los inversionistas actúan simultáneamente de manera fría y racional , y sobre todo, que permanecen en una red de información casi que al instante y en tiempo real, para facilitar su proceso de creación de riqueza. Pero sin embargo, observando las distintas oleadas de pánico y de crisis financieras que son más comunes desde el año 2008, este principio de la racionalidad absoluta en las decisiones de inversión está siendo revaluado, obligando a que los expertos se empiecen a preguntar y a indagar un poco más a cerca del comportamiento humano a la hora de invertir y de empezar una serie de acciones que reviertan en su beneficio o quiebra total.
Es en este nuevo escenario, en donde la Economía, ha empezado a dar un viraje hacia las ciencias que en principio la constituyeron como ciencia social, estas son la sociología y la piscología, y esta vez, existe un ingrediente extra, que es el de intentar explicar el comportamiento de los inversionistas a la luz de las neurociencias, y especialmente el investigar sobre el comportamiento y desarrollo de las actitudes de especulación en el cerebro de cada consumidor financiero.
Desde este nuevo punto de vista, se entiende que las personas siempre llevan implícito en sus decisiones financieras una carga emocional importante, y es aquí en donde aparecen las Finanzas Conductuales, la nueva teoría financiera que en vez de contrastar abiertamente a la teoría financiera clásica, propende por convertirse en un complemento valioso para una aproximación más exacta de la realidad de los consumidores financieros , que represente una imagen real de los comportamientos de los mercados financieros actuales.
El presente ensayo, intenta explicar de manera concreta y ágil, el papel del nuevo paradigma financiero y sus aplicaciones a la realidad cambiante de nuestra economía diaria, y en especial a entender porque la ciencia exacta no sirve en un mundo totalmente humano.
LOS PILARES FUNDAMENTALES
Se pueden esbozar varios conceptos acerca de las finanzas conductuales, pero en esencia estas están compuestas por tres pilares que dibujan su esencia y su aplicación, estos son:
1. El estudio de la influencia de la psicología, la sociología, y la antropología cultural en el comportamiento de los consumidores financieros.
2. El análisis cerebral de los inversionistas
3. La relación del inversionista con sus diferentes entornos y de estos mismos como factores de influencia en la toma de decisiones financieras de corto plazo.
1. La incorporación de las ciencias sociales
El premio nobel de economía 2002, Daniel Kahneman , se hizo merecedor al galardón de Suecia, por su aporte al tratar de incorporar aspectos de la investigación psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta al juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre. La principal contribución de Kahneman a la ciencia económica consiste en el desarrollo de la teoría de las perspectivas (prospect theory), según la cual los individuos toman decisiones, en entornos de incertidumbre, que se apartan de los principios básicos de la probabilidad. (Kahneman 2002). Y verdaderamente se apartan de cualquier consideración matemática y estadística, es decir, los modelos financieros se quedan obsoletos, frente al impredecible comportamiento humano. Más adelante, el también premio nobel de economía 2013, Robert Schiller, Publicó en el año 2000 un libro ahora considerado profético, “Exuberancia Irracional”, en donde demuestra que la avaricia por el mercado inmobiliario en New york y en especial, la zona acomodada de Manhattan, provocan las burbujas sobre el mercado de valores. En la segunda edición de este mismo libre en el 2005 consideró que la vivienda parecía peligrosamente sobrevaluada y se estaba configurando ya la peligrosa burbuja inmobiliaria.
En 2009, en un artículo, que después se convirtió en libro, titulado como The Subprime Solution, analizo y consideró que el entusiasmo irracional por las inversiones inmobiliarias llevó a la crisis financiera global y hace propuestas para evitar la crisis causada por la que denomina "psicología de la burbuja". Y todo esto, no con base a modelos econométricos ni financieros, sino con base a expectativas de comportamiento, de hecho, se basó mucho en la teoría de Kahneman para hacer sus hipótesis.
Por otra parte, con la incorporación de la Psicología cognitiva se propuso mediante una evidencia totalmente empírica, que las personas “son irracionales de una manera consistente y correlacionada,” (Kahneman 2008), ya que actúan por impulsos más que por racionalidad, desafiando abiertamente la teoría de la utilidad esperada, enunciada por años en los modelos financieros tradicionales.
Una vez incorporadas las ciencias sociales, a los análisis de la conducta del consumidor e inversor financiero, encontramos que estas nuevas herramientas ayudan a explicar con mayor especificidad estas relaciones. La teoría psicológica de las causas de las conductas económicas de Gabriel Tarde (1935) se enmarca en la acción conjugada de dos causas psicológicas: el deseo y la creencia. Tal vez este escritor se quedó corto al solo considerar la creencia tangencialmente. Sin embargo, su postulado fue el primer intento efectivo en el siglo XX de explicar la economía desde ángulos diferentes: el consumidor es un ser hecho de deseos y apetitos que cree, con o sin razón, en la utilidad agregada del deseo cuando se consigue. El precio, lo que cuesta lo que se desea en términos afectivos, viene determinado por la intensidad del deseo. La demanda refleja la fuerza de las creencias, que son los mitos relacionados con una época determinada. Así, el consumo fluctúa constantemente según las formas en que estos mitos adquieren poder, ambición y desafíos, lo que se amplía por la imitación. Esto aplica tanto al consumo de bienes y servicios, como también al deseo del Inversionista de obtener más y mejores rendimientos , en este caso el precio es la tasa de interés del mercado, y sus expectativas de ganancia, las expectativas de utilidad, que pueden variar de acuerdo a su conducta en el momento de invertir.
Sin embargo, no sería el profesor Kahneman, el primero en incorporar las variables psicológicas a la economía, ya hace mucho tiempo, el mismo John Maynard Keynes lo había sugerido, y muchos años atrás, el precursor Adam Smith, quienes sostenían que hay un grado de egoísmo y avaricia en las personas, al contemplar sus posibilidades de consumo e inversión. Ya en el siglo XX, en la década de los años cincuenta, surgió el modelo de análisis psicológico de la conducta económica de George Katona (1950), a quien se le considera el padre de la psicología económica en Estados Unidos. Su obra clásica Análisis psicológico del comportamiento económico, publicada en 1951, aún hoy constituye un referente obligado para los interesados en la conducta del consumidor. En esta obra, George Katona, incorpora las variables psicológicas que experimenta un Consumidor independientemente de su Racionalidad, De hecho, el premio nobel de economía 1992, Gary Becker, lo cita constantemente en sus teorías de decisión económica
El mérito fundamental de Katona radica en incorporar al análisis económico clásico las variables psicológicas, especialmente lo relacionado con actitudes y expectativas. Estas Actitudes y expectativas son las que convierten la imprevisibilidad del comportamiento del consumidor en algo que no se puede modelar econométricamente