La banca de Chipre necesita un rescate que se ha valorado en 17.200 millones de euros, un 150% del PIB del país. En esta ocasión el Rescate Europeo ascenderá exclusivamente a 10.000 millones, mientras que 1.400 procederán de privatizaciones y el resto se va a obtener imponiendo una tasa especial sobre los depósitos, que en principio se comentó afectaría a todos los depositantes.
El Eurogrupo ha decidido rectificar las condiciones del rescate a Chipre - que incluían una quita en los depósitos bancarios del 6,75% para aquellos depósitos inferiores a 100.000 y del 9,9% para depósitos con saldos superiores - dando más flexibilidad para que decida cómo obtener los 5.800 M.€ que el país debe aportar. La nueva propuesta protegería a los pequeños ahorradores y no se aplicaría a los depósitos menores de 100.000 €. Los depósitos superiores a ese monto soportarían una carga mayor que podría ascender al 15,6%.
Las condiciones del rescate deben ser aprobadas en Chipre, en una votación incierta por el escaso margen de maniobra del gobierno que representa el 50% de la cámara. Los bancos de Chipre permanecerán cerrados hasta el jueves. No se trata de un problema cuantitativo, puesto que los 5.800 millones de euros a recaudar no suponen una cifra relevante a nivel de la Eurozona, sin embargo, podría haber temor a que sentara un precedente para el resto de los países europeos en cuanto a la seguridad de los depositantes.
El riesgo de contagio parece bastante limitado. A diferencia de los bancos de las otras economías europeas, la estructura del sistema bancario chipriota hacía difícil otras opciones. Cerca del 60% de su pasivo está constituido por depósitos, en gran parte depósitos de extranjeros. El porcentaje de depósitos de no residentes es muy superior al de otros países y hay algunos indicios de que el país estaría funcionando como un paraíso fiscal.
Otras formas de financiación de los bancos chipriotas que no sean depósitos constituyen un porcentaje muy pequeño su balance, de modo que no serían ni mucho menos suficientes para reducir el peso de la deuda para el Estado. En los otros países europeos, donde la estructura del pasivo es mucho más sólida, con instrumentos de deuda diversos, la necesidad de reducir el tamaño del rescate al sector bancario podría lograrse sin tener que recurrir a los depositantes y sería la opción preferida.
A lo anterior hay que añadir que el sistema bancario de Chipre es desproporcionado con respecto al tamaño de su economía, representando 8 veces el importe de su PIB lo que hace una recapitalización más difícil y pesada si se tiene que sumar al actual ratio
deuda/PIB.
Por último, en España y otros países periféricos los bancos están ahora mucho mejor capitalizados y salvo que la cuenta de resultados se deteriorase significativamente en los próximos años, no deberían existir problemas.